Leopoldo Lares Sultan: El vino blanco es el compañero perfecto
Una
de las bebidas que mejor acompaña
a una comida es, sin duda alguna, un buen vino blanco, ya
que es capaz de realzar
todos los sabores para que el paladar pueda saborear cada
uno de los ingredientes. Alrededor de este exquisito licor se ha creado una
cultura por lo cual es importante guardarle un gran respeto a la hora de
degustarlo. Es importante consumirlo a la temperatura adecuada y poder así
explorar y disfrutar de su aroma y gustillo único.
¿Qué es el vino blanco?
El vino blanco es
una variedad que se elabora a partir de algunas diversidades de uvas blancas entre
las cuales se encuentran: Chardonnay, Chenin Blanc, Furmint, Verdejo, Glera,
Semillón, Macabeo, Pinot Grigio, Riesling y Sauvignon Blanc. Por
ser un tipo de uva muy extendida en el mundo, es muy común la presencia de este
vino en muchos países, su coloración no es exactamente blanca, sino una tonalidad amarilla que
va desde amarillo pajizo, oro o verdoso.
Origen
Se
estima que en la antigua Grecia ya se utilizaba el vino blanco, pues,
Hipócrates recetaba vino vinoso blanco y vino blanco amargo como medicina a
sus pacientes. En la época romana, la clase pudiente organizaba banquetes donde
la estrella era el vino blanco. Al caer el Imperio Romano, la viticultura se
redujo considerablemente y con la llegada de la revolución industrial, esta
bebida ha sido fundamental en el desarrollo comercial de muchos países.
Características
Muchos
expertos en la materia, consideran que un buen vino blanco, debe reunir ciertas
características, entre ellas se encuentran:
1.- Debe estar frio: Para
sentir su aroma y disfrutar su sabor
afrutado o florales, es recomendable consumirlo frio, los
vinos jóvenes deben estar a una temperatura entre 6 y 8ºC, mientras que los que
tienen más cuerpo, se toman perfectamente a 9ºC. Por su parte, el temple adecuado
para degustar un vino blanco de crianza oscila entre 10 y 12ºC.
2.- Tonalidades amarillentas:
Un buen vino blanco debe poseer una coloración más clara en caso de ser
producido con uvas
jóvenes y si el fruto ya está en maduración, el tono será
más dorado.
3.- Carece de sabor amargo:
Esto es característico de poca presencia de taninos debido al escaso contacto
con la piel de la uva, lo que le otorga un sabor dulce y seco.
Tipos de vinos blancos
Los
vinos blancos se pueden clasificar de acuerdo a su elaboración y cantidad de
azúcar, entre estos tenemos:
1.- Vinos jóvenes: Son
aquellos que no han pasado por una fase
de maduración, pues, su proceso de elaboración ha sido muy
breve. Poseen un sabor afrutado, además, son poco densos y complejos. Son
fermentados a una temperatura baja, lo que le proporciona una coloración clara.
2.- Vinos de crianza: Hace
referencia a aquellos vinos que tienen un proceso de elaboración más largo ya
que su envejecimiento ocurre alrededor de 24 meses, lo que garantiza un producto de buena calidad y
exquisito sabor.
3.- Vinos dulces: Como su
nombre lo indica, son vinos con un contenido mayor de azúcar, lo que le
confiere un sabor profundo y fuerte que se queda por mayor tiempo en la boca,
permitiendo catar mucho mejor sus diversos
aromas.
4.- Vinos fermentados en barricadas:
Tienen la peculiaridad de que su fermentación fue llevada a cabo en barriles de madera, el
mosto almacenar debe ser de buena calidad para que el producto final tenga ese
sabor y aroma característico de este tipo de vino.
5.- Vinos secos: Durante
el proceso de fermentación, el
azúcar de la uva se convierte en alcohol, dándole un sabor
fuerte que impide que el consumidor pueda gozar de todo su aroma.
El
vino blanco es un producto con mucha tradición y en función de la uva empleada
para su elaboración y el almacenamiento, adquiere sabores y aromas muy
puntuales.